La megalomanía que personificaba el dictador comunista Nicolae Ceaușescu en Rumanía no se refleja sólo en el Palacio del Parlamento de Bucarest o más conocido como Casa del Pueblo -el segundo edificio público más grande del mundo después del Pentágono-, para el que se arrasaron barrios históricos y se desplazaron a millares de personas de sus viviendas.
También se plasma en el inicio de la construcción de un canal en 1986 con el que se pretendía unir el Danubio con Bucarest para alzar a la capital rumana como polo económico y turístico, publica el diario económico Cinco Días.
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